Bienvenido a nuestro pequeño paraíso, donde el lujo es el del alma y el medio tus cinco sentidos.
A pocos metros el mar más azul del mundo y el sonido de los juegos de las olas y los acantilados. En una roca aflorante, no lejos de tierra firme, el Faro de Mangiabarche, tímido pero fuerte y hermoso.
Entre nosotros y el mar, una sucesión de colores y aromas mediterráneos: nuestro bosque, de vez en cuando acariciado por el Mistral, el rey de los vientos en la isla, fresca y rica en sonidos antiguos y salvajes.